Este es sin duda uno de los movimientos más bellos y originales que haya compuesto Mozart para un concierto para piano. Hay en él calidez, profundidad, una invención temática, melódica, armónica y expresiva .sorprendente y conmovedora. El genio en su plenitud, para la posteridad. Un auténtico goce para los sentidos. Daniel Baremboim al piano y dirigiendo la orquesta a la vez, algo poco habitual.
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